Violencia de género digital: “Lo virtual es real”
Difusión no consentida de material íntimo, sextorsión, amenazas a mujeres con voz pública. La violencia digital no tiene límites ni regulación legal. Radio U contactó a Romina Zapata, integrante de Gentic, una organización que impulsa los proyectos de ley para reconocer y penalizar la violencia de género digital.
Dos proyectos buscan reconocer la violencia de género digital y tipificarla como delito. Foto: eltiempo.com
Publicado el 31 de mayo de 2023
Un plenario de las comisiones de Mujeres y Diversidad y Comunicaciones e Informática de la Cámara de Diputados de la Nación comenzó a tratar dos proyectos: Ley Belén y Ley Olimpia. El objetivo es tipificar como delito actos que enmarcan en la violencia de género digital y reconocer esta modalidad dentro de la Ley 26485, de 2009, para prevenir, sancionar y erradicar la violencia machista. En diálogo con Radio U, Romina Zapata, integrante de Gentic, una de las organizaciones que impulsa estas iniciativas, habló sobre el tema.
Ley Olimpia, explicó, es el nombre de un movimiento político que busca visibilizar que las violencias que conocemos contra las mujeres y personas del colectivo LGTBIQ+ se trasladan también a los ámbitos digitales. Por eso, apunta a sumar este tipo de agresiones como una de las modalidades mediante las cuales se puede reproducir la violencia, junto con la doméstica, la laboral, la institucional, etcétera. Por su parte, la Ley Belén busca incorporar al Código Penal –es decir, tipificar como delito– la obtención y difusión no consentida de material íntimo y/o de desnudez, el porn deep fake y la "sextorsión".
“Venimos detectando el crecimiento de una serie de prácticas de violencia que buscan censurar a las mujeres en el ámbito digital, que buscan silenciarlas, pero también exponerlas”, y eso genera consecuencias gravísimas en las vidas de las víctimas. Se refirió a modificaciones en las conductas cotidianas a raíz de estas agresiones y a daños en la salud laboral y psíquica, que pueden llegar al suicido, como fue el caso de Belén San Román, que dio nombre a una de las iniciativas.
Una de las prácticas de violencia más comunes que se busca tipificar como delito es la difusión de fotos o videos con contenido sexual sin consentimiento de quien figura mediante redes sociales, aplicaciones de mensajería, páginas pornográficas o de venta de contenido erótico. Otras son la “sextorsión” –“Tengo un contenido íntimo tuyo y, si no cumplís con determinados pedidos lo voy a viralizar”–, y el porn deep fake –simular, con la tecnología, contenido erótico de alguna persona que no lo hizo, algo como lo que denunció la cantante Rosalía en los últimos días–.
“Lo virtual es real”, sostuvo Romina Zapata, contra quienes sostienen la idea de que, si no hay contacto físico, no hay violencia. Añadió que la violencia psicológica, el hostigamiento, la manipulación y el control de los ámbitos analógicos se trasladan y reproducen en los ámbitos digitales.
Por último, destacó, como otra violencia que está saliendo a la luz, los discursos de odio que afectan particularmente a las mujeres con voz pública, activistas de derechos humanos, ecologismo o feminismo. Según un estudio, más del 80 % hizo cambios en sus formas de vida y en el uso de sus redes sociales a raíz de estas agresiones.
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